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sábado, 28 de junio de 2014

GARGANTA DE SORROSAL: LA FERRATA


la cascada, vista desde el camino de acceso
Una vez se llega a Broto (Huesca) y se cruza su calle principal, al llegar a la altura del puente sobre el río Ara la vista acostumbra a desviarse hacia la izquierda. Por encima de los edificios, una poderosa cascada reclama nuestra atención: la cascada final de la Garganta de Sorrosal. El salto de agua, de unos noventa metros y fraccionado en dos, tiene una gran poza intermedia de la que, en época de grandes caudales, emana una nube de agua vaporizada que se intuye poco acogedora.

Esta cascada es muy conocida y frecuentada por los barranquistas: la garganta es considerada, desde hace años, uno de los descensos clásicos e imprescindibles de los Pirineos. Para ver lo referente a su descenso podeis echar un vistazo a Garganta de Sorrosal: el barranco, que complementa a esta entrada.

Al atractivo deportivo de su descenso, la cascada le sumó hace pocos años otra posibilidad: la de ascenderla mediante la vía ferrata que, por su derecha orográfica, remonta el gran salto y se adentra en la garganta sin tocar el agua. Ello permite, además, conocer la garganta en unas condiciones de caudal que serían prohibitivas desde el punto de vista barranquista.


las escaleras del primer tramo, y la poza intermedia
La vía ferrata asciende por el lateral de la cascada, superando inicialmente varios resaltes para acercarse a la poza intermedia de la gran cascada. Una serie de cuerdas fijas permite bajar hasta la misma poza para curiosear. El recorrido prosigue su ascenso, ahora de forma más aérea, superando un muro y conduciéndonos hasta un pequeño túnel. Se trata de una captación de agua que conduce a la parte superior del salto, dejándonos practicamente a ras de agua en la poza inmediata a la cascada. Esa primera parte está basicamente instalada a base de escaleras, posiblemente el material más adecuado para superar una pared de roca de calidad dudosa.

Una vez en el interior de la garganta, nuestros primeros pasos avanzarán muy cerca del agua, por lo que si la garganta baja crecida pueden complicarse las cosas. Valorad antes de subir.

Un flanqueo por la derecha orográfica nos conducirá hasta un puente tibetano a base de cables. No es el puente original, ni probablemente será el último: está situado por debajo del nivel de crecida, y el agua no acostumbra a perdonar cuando baja con furia.

Una vez al otro lado, seguiremos flanqueando en ligero ascenso hasta llegar a lo alto de una cascada de aproximadamente veinte metros de altura, en la que el trazado sale de la garganta y se aleja del agua para iniciar la parte final de la vía.


entrando en la garganta
el puente tibetano cruza una zona estrecha y estética



superando un pequeño desprendimiento...
...que había dañado la línea de vida


En su tramo final, la ferrata de Sorrosal supera un muro para luego recorrer una arista con buenas vistas sobre el pueblo de Broto y las montañas circundantes. Sin apenas dificultad, recorreremos sus últimos pasos e iniciaremos el camino de vuelta.

la parte final, ya completamente en seco, no presenta dificultades



desde lo alto se tienen buenas vistas de Broto y su valle

Datos de interés

Dificultad: D

Acceso desde: Broto (Huesca)

Aproximación: Desde el interior del pueblo de Broto, nos dirigiremos hacia la cascada, bien visible. Seguiremos el río por un sendero que recorre la orilla izquierda orográfica hasta un mirador metálico, cerca del pie del gran salto de agua. Cruzaremos una pequeña pasarela (va cambiando, el río la arrasa cada año) y una vez al otro lado encontraremos el inicio de la vía. Cinco minutos.

Recorrido: 2 horas aprox.

Retorno: Una vez al final de la vía, no tenemos más que tomar el sendero PR que une Fragén con Broto, dirigiéndonos a este último. 30 minutos.

Material: Casco, arnés, disipador.

Observaciones: Después de crecidas, el equipamiento puede estar dañado. De hecho, en la fecha de nuestro ascenso (enero de 2014) un desprendimiento había dañado la línea de vida en el último tramo dentro de la garganta.


3 comentarios:

Eduardo Pardo dijo...

Sin duda una de las ferratas más bonitas que se pueden hacer en Aragón. Lo que me extraña, que cuando la hicisteis no se encontrará cerrada, ya que en invierno la cierran por peligro de desprendimientos, y de hecho hasta después de Semana Santa no se habrió ..., un saludo

Xavi Guerrero dijo...

Hola Eduardo,

En efecto, en invierno suele estar cerrada, y de hecho lo estaba cuando la hicimos. Ese cierre, sin embargo, no es por cuestiones medioambientales, sino para evitar responsabilidades de la empresa gestora, ya que fuera de temporada la vía está expuesta a las crecidas del río y no se le hace mantenimiento.

Nosotros contactamos con dicha empresa antes de hacerla.

Saludos!!

Jodiendo las Botas dijo...

Sin duda que en invierno es mucho mas emocionante o al menos en otra estación pero con una buena tromba de agua.
Un saludo.

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